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MEMORIAS DE UN SINGLE

MEMORIAS DE UN SINGLE URBANO

Soy un single urbano.  Bueno, en realidad no del todo, pues vivo en un piso con otros dos “singles” (a veces no tan singles).   Es importante ahora decir lo que ES y sobre todo lo que NO ES para mí un single urbano:

-          No es simplemente un tio viviendo solo

-          No es un solterón

-          No es un egoísta que no quiere compromisos, ni casarse, ni compartir su vida con nadie

-          No es una moda pasajera.

En cuanto a lo que ES yo diría que un poco todo lo anterior, pero aceptándolo con deportividad y elegancia…

Según tengo entendido reciben este nombre aquellas personas jóvenes que en edad de merecer, como dirían los antiguos, permanecen singles, y lo que es más, no  se les ve la más mínima prisa por cambiar su estatus civil. 

Pero en realidad, para  mí lo del matrimonio es lo de menos.  Para mí, vivir con alguien ya es un compromiso tan grande como casarse con el.  El matrimonio como tal, es solo un contrato.  La convivencia diaria, ese es el compromiso, ese es el reto. 

Yo no estoy en contra de eso.  Pero tampoco lo busco, ni lo necesito en este momento de mi vida.  Por otra parte, si ser single urbano se redujera a ser alguien que no se casa o no quiere casarse, lo mismo daría llamarlo solterón.  Yo no me defino como soltero, del mismo modo que si tuviera pareja no me definiría como emparejado.  Me defino por mi mismo, como persona,  por mis objetivos, por mi búsqueda de mí mismo, que no es una búsqueda egoísta, sino necesaria, para que si un día dejo de ser single no sea solo el reflejo apantallado de otra persona.

Ser single urbano es una filosofía de vida.

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