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MEMORIAS DE UN SINGLE

DON´T WORRY BE HAPPY

Hola, ha pasado más de un mes desde la última actualización y eso se debe a que he estado muy ocupado, aunque mi idea original era actualizar una vez por semana.  (Son tanto los lectores que ahora tengo, que me veo obligado a darles su ración semanal de mis (des)venturas.

La verdad es que estoy bastante contento, he empezado con muchas ganas y mi "universidad fantasma" apelativo con el que la llaman con sorna mis compañeros de piso, ya no es tan fantasma.  De hecho mandan trabajos a diestro y siniestro, lo malo es que después no me los corrijen (de momento) así que me quedo sin saber si lo he hecho bien o no.  Pero no pasa nada, de hecho, estoy feliz con tanta actividad.  De momento me lo estoy tomando como un reto, sé que disfrutar es la única manera de que el esfuerzo que hay que hacer para empezar una carrera a los treinta años mientras trabajas no se vuelva un tormento que al final te haga mandarlo todo a la mierda.

También me he metido en clases de francés, lo que es un objetivo a corto plazo para el trabajo en el hotel.  (Pertenece a una cadena francesa y si quiero, como de hecho quiero, tener posibilidades y facilidad de movimiento dentro de la compañía debo manejar con soltura el francés).  Las clases de francés nos la da una joven profesora belga, Mademoiselle V, que no nos da cuartel y no deja de hablarnos en francés desde el primer día a una velocidad de vértigo.  Las clases se convierten así en una desesperada lucha por la supervivencia lingüística; por un lado la supervivencia nuestra, que mademoiselle no para de poner en peligro con su perversa manera de hacer preguntas-trampa o de preguntar las cosas para ver si nos pilla.  Por otro lado, la supervivencia del francés ya que el pobre sufre mucho con nuestra pronunciación tan pauperrima.  Y la cabrona buena de nuestra profesora mientras, se ríe, se ríe aviesamente de nosotros en nuestra cara.  Sin lugar a dudas las clases son una cura de humildad a la que hay que ir con la autoestima muy alta...

Estoy contento de como he encarado el curso, sé que mi principal enemigo soy yo mismo, por eso no quiero caer en la apatía (desidia) e intento llevar todo al día.  En muchos momentos me acuerdo de mi novia, y lo paso mal.  Teo (mi psicoanalista, en adelante mi psico) me está ayudando bastante a entenderme y así poder estar más en paz conmigo mismo, al comprender mejor mis fortalezas y mis debilidades y ser consciente de aquellos puntos en los que me sigo sintiendo incompleto.  Pero cuando empiezo a trabajar de noche, es cuando más me acuerdo de ella, es como la canción de sabina, "tardé en a prender a olvidarla 19 días y 500 noches".  Y es que en el hotel era cuando más hablábamos.  A veces desearía que estuviera en casa y al regresar de la noche poder dormir abrazado a ella.  Pero en general cada vez estoy más fuerte, soy un single urbano, no lo olvidemos!

Por cierto, me he ido de compras, me he comprado ropa chula y elegante y estoy ultimamente bastante, bastante guapo.

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