No hay nada más terrible que lo que nunca te ha sucedido
Hoy lo pienso y siento:
que no hay nada más terrible que saberse culpable sin serlo,
que no hay peor desventura que no tener desventura,
que a veces somos culpables más por lo que no hacemos que por lo que hacemos,
que el miedo se va nutriendo de nuestra cobardía, de nuestra falta de fe, día a día y en el futuro,
que lo más terrible es lo que nunca te ha pasado.
Y así, porque la vida a veces es un asunto trágico y hasta cruel, no queda otra que abrir una botella de legendario, servirla con hielo y cola, encender un cigarrillo y escribir todas estas tonterías con la futil esperanza de no sentirse tan estúpido ni tan vacío.
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